tristeza.
La vida sigue
o aparenta seguir.
La tristeza de la ausencia
llena todos los momentos disponibles
hasta hacer que los recuerdos
resulten dolorosos, tristes,
abominables y añorados.
¿Por que se fué,
dejando una ausencia grande,
tan grande como sus enseñanzas?
Ya no está aqui,
y sin embargo,
su presencia es tangible,
casi como estirar la mano y tocarlo,
casi como hablarle y esperar respuesta,
casi como abrir los ojos y ver
su siempre franca sonrisa...
Y ya no esta, se fué
en la penitud de sus años dorados,
cuando había mucho por hacer aún,
dejando inconclusas muchas cosas;
pero, a su vez,
dando fin a un periodo,
cerrando los círculos de su vida
que significaron sacrificios inconmensurables,
y todo ello sin perder
el ánimo y la fuerza.
Por ello, me invade
un sentimiento ambiguo:
alegría, por que sé que hizo su vida
a plenitud, sin buscar
evadir responsabilidad alguna,
con tesón y con coraje, y
repartiendo felicidad y buenos consejos
a todo aquel que se le acercaba;
y tristeza, porque
ya no podremos seguir
siendo parte de todo
lo que representaba;
no más abrazos, no más amor,
no mas esa sombra de roble
que nos protegía bajo sus ramas.
Tal vez suene egoísta
pensar que pudiera
tener todo lo que el daba.
Sin embargo, lo tenía,
y siento que no lo aquilaté lo suficiente...
merercía mas, merecía todo,
y aún más, ¡ si yo pudiera
regresar el tiempo!
Ésa es mi tristeza,
llorar por impotencia
de no poder hacer ya nada
(y no me refiero a seguir su ejemplo,
que eso lo intento dia a dia),
de no poder sonreirle, abrazarlo,
decirle cuanto lo quiero...
Mis lágrimas, sin vergüenza alguna
ruedan por mi rostro, y no intento detenerlas;
porque, ¡ Caray! soy un hombre,
pero sólo gracias a él.
Sólo le pido al Gran Dios
que nos ayude a entender el porqué de las cosas.
Y en especial a mi,
que a casi 4 meses de su ausencia,
todavía no me explico
porqué se lo llevó.
¡Ay, como extraño al Jefe!
¡Ay, como extraño a mi viejo!
=I=

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