lunes, diciembre 12, 2005

¡Ah, la maldita Vanidad!

Una mujer de 45 años sufre un ataque al corazón y mientras está en la mesa de operaciones tiene una experiencia cercana a la muerte. Ve a Dios y le pregunta si en verdad se va a morir. Dios le dice que no, que va a vivir 30 ó 40 años más. Se recupera y decide aprovechar que ya está en el hospital y hacerse una liposucción en los muslos y el abdomen. Después de 2 semanas y ya recuperada, pide un préstamo al banco para hacerse una cirugía estética. Se levanta los pechos, aprovecha para agregar un poco de silicon a las nailon, se arregla la nariz, un poco más de trasero, más silicon en los labios, fuera las arrugas y las patas de gallo. También se hace un tratamiento de varices y celulitis, y paga por adelantado 120 sesiones de masajes, se engrapa el estómago para comer menos, se saca 2 costillas y realiza algunas otras artimañas posibles para rejuvenecerse... Piensa que si va a vivir 30 o 40 años más, mejor que se vea estupenda. Cuando por fin sale del hospital tras de su última operación, cruza la calle y la atropella una ambulancia... Y al llegar al hospital... ¡muere! Llega otra vez frente a Dios y le pregunta: Pero bueno! Tu me lo prometiste ¿No iba vivir 30 o 40 años más? Sí, cabrona, pero estás tan cambiada que... ¡ no te reconocí!