lunes, diciembre 19, 2005

Y después del festejo...

Es de mañana, los rayos del sol de noviembre apenas asoman por sobre los edificios que circundan la plaza; en el suelo, los abundantes restos de basura dan cuenta de una noche de fiesta. Vasos de unicel de muchos tamaños, botes de cerveza, botellas de licor y una gran cantidad de papeles se encuentran por doquier; un trabajador de limpia empieza por el callejón de San Camilito con su escoba, mientras su compañero lleva botellas de vidrio a un costal, ya que de ahí sacarán unas monedas llevándolas a reciclar; otra cuadrilla de limpia empieza del Eje Central y sobre las bancas hay algún grupo de desmañanados a los que aún no les termina la fiesta, son regularmente pordioseros que frecuentan Garibaldi; a otros, ya el cansancio los venció y una banca les sirve de catre, aprovechan los tenues rayos de sol que los calientan y que, en unas horas más, los harán levantarse al sentir el calor del astro rey.Al extremo de la plaza está el quiosco. Ahí, otro grupo entona canciones acompañado de una triste guitarra rota por un lado. Hay movimiento en todo el cuadro garibaldeño, de este lado los puestos ambulantes se retiran, van en busca de otra festividad en donde ofrecer sus buñuelos con dulce, las enchiladas y pozole, los tacos y los cantaritos de tequila, limón, soda y chile piquín; los juegos de la suerte ya dieron alegría por dos noches a los visitantes; los osos de peluche ya estarán en la alcoba de algún pequeño, que su padre ganó tirando los dardos sobre esos globos de colores.Las canciones del guitarrista del quiosco rememoran las canciones que las dos noches anteriores llenaban de música la plaza. En esta plaza nunca falta la música, es un mercado musical, pero ayer y anteayer fueron días de fiesta, había que festejar a la santa patrona, a Santa Cecilia, protectora de los músicos, por eso la sacaron de su altar el día 21, para llenarla de flores, oficiarle una misa y después partir en procesión hasta la Basílica de Guadalupe, siempre con la música por detrás.Ese mismo 21 por la noche, el escenario principal se llenó de luz. A un lado, Santa Cecilia con su adorno floral; al centro, los artistas y grupos de mariachi programados para ese día, elenco que fue el entremés para que, a las doce de la noche, cientos de músicos de mariachi le cantaran a la santa patrona “Las Mañanitas”, pues ya era 22 de noviembre, su día, su cumpleaños.Le siguieron a “Las Mañanitas” otras canciones que ya son tradición en esta serenata anual. “Celebremos con gusto señores/ este día de placer tan dichoso/ que en tu santo se encuentre gustoso y tranquilo tu fiel corazón”… Así dice la tradicional “En tu día” y, por supuesto, no podía faltar el huapango “La Cecilia”: “Cecilia, lindo amorcito/ te adoro con devoción” ¡Ajúa!...Anoche la fiesta llegó a su clímax, los mejores grupos de mariachi llegaron a tocar y había que encontrar un buen lugar; el sonido nunca ha sido bueno y a veces a los lejos ya no se escucha todo con fidelidad, además, había que estar cerca para ver la destreza de los músicos y que la cámara de video registrara esos detalles que distinguen a cada grupo. Es sólo una vez al año y vale la pena el empujón de la multitud.Así transcurre la festividad en honor a Santa Cecilia, el público lo disfruta en grande. Atrás, el desorden no merma la continuidad del evento: que si el Juvenil de México se tomó más del tiempo programado, que si Vargas apuraba a los organizadores por el tiempo, que si otro pagó el pato, pues su turno se recorrió hasta después de Vargas, eso ya pasó… El mariachi Oro de América, el Fiesta Mexicana, El Juvenil de México, Los Emperadores, Sonidos de América y Vargas pusieron el toque final, la fiesta llegó a buen fin; fue una noche de alegría, de reencuentros y felicitaciones de músicos, quienes acompañados de su familia fueron a Garibaldi y no fueron a trabajar. No, hoy fueron a dar gracias a quien los guía y los protege, fueron a la fiesta anual en honor a Santa Cecilia.Los barrenderos siguen limpiando y debido a la fiesta nocturna, hoy la plaza debe estar reluciente. Aunque es de mañana ya hay músicos de mariachi, ellos eligen este horario y con la fe renovada esperan a un buen cliente, mientras el de la escoba despierta a un borracho para poder barrer ahí, donde éste último acabó su fiesta.
por Antonio Covarrubias, tomado de Mariachi.com.mx