jueves, enero 04, 2007

La percepción de la vida.

Desde hace algún tiempo, he tenido la inquietud de escribir acerca de la manera en que las personas percibimos e interpretamos de diferente manera un hecho singular.
Tal es el caso de esta imágen, tomada del archivo Casasola. Apareció en una revista ya hace tiempo, pero incompleta: sólo se veía a la mujer de la extrema izquierda. Mucha gente pensó entonces que se trataba de una rielera o soldadera, fiel acompañante de los soldados revolucionarios, y que hacían las veces de cocinera, abastecedora de parque, lavandera y cargadora. La verdad, todo un ejemplo de sacrificio. Pero eso no fué lo que vió Casasola cuando tomó la foto. Ya viéndola completa, esa imagen cambia un poco. Ya no es la imágen de la desesperación de la soldadera en busca de su "juan". Probablemente ande buscando un fusil que se le cayó, o algo asi... Ahora que, si nos atenemos a la descripcion que desde entonces se ha hecho de la misma por el propio Casasola y otros escritores de ese tiempo, no queda más que aceptar que se trata de un grupo de prostitutas del ejército federal, que salieron a tomar un poco de aire. Aún después de saber esto, muchos se seguirán admirando el "espíritu de sacrificio", del "valor", que representa la imágen de esta mujer. Y es que a las ideas les cuesta morir...
Me voy a permitir mencionar una situación que me ocurrió. Tal vez no tenga mucho que ver, pero reafirma eso de que la percepción puede ser equivocada...
Hay recuerdos de la infancia, que a menudo se confunden, y hacen de una realidad algo medio borroso y de fácil malinterpretación. Por ejemplo, en una ocasión mi padre y yo ibamos caminando por una calle del centro de la ciudad de México, cuando fuí regañado por Él por andar pasando la mano sobre las puertas y paredes que estaban sucias. Recuerdo las palabras exactas, el ambiente, mi ropa y la de él, el tacto de la mano sobre las paredes y hasta la pena que sentí.
O al menos eso pensaba.
Resulta ser que hay una foto del hecho, justo como yo lo recuerdo, pero en la cual no aparezco yo, sino uno de mis hermanos. Ante eso, sufrí una especie castigo, con dolor de cabeza incluido.
Creo que a veces hay eventos o situaciones en las que nos hubiera gustado participar, ya sea porque es algo bueno o al contrario, para sentirnos un poquito "victimas"...y nuestra mente reacciona ante el estímulo, creando toda una ilusión que se ajusta a los hechos que ya han ocurrido. Puede ser que esto no sea tan común como yo pienso...pero me gustaría escuchar que tienen que decir al respecto. No sean tímid@s, comenten su caso...
Saludos, Bros & Sis!